La Cebolla fina japonesa se encuentra entre los ingredientes más versátiles de la cocina asiática. Se usa en la elaboración de muchos de platos, como en la sopa miso o en el takoyaki. Es alargada y de poco grosor. Sus hojas y tallos son huecos y delgados y su sabor es más dulce y delicado que el de la cebolla. Por eso, el gusto de los platos se vuelve más refinado ante la presencia de sus hojas de verde intenso y buen aroma.
Una vez limpia y lavada, es recomendable aprovechar sólo su parte blanca y tres o cuatro centímetros de su parte verde; el resto debe ser desechado.
Su conservación no va más allá de guardarla en la nevera o congelarla para que dure más tiempo.