El coco es una fruta tropical y un tesoro nutricional que está viviendo un buen momento. Parece que el coco vuelve a estar en todas partes, y es que de pocas frutas se sacan tantos productos beneficiosos para la salud. Del coco se puede beber el agua que guarda en su interior o se puede comer la pulpa, fresca o deshidratada y rallada, incluso se puede obtener aceite, manteca, leche y harina.
De cáscara gruesa y peluda, la pulpa del coco es blanca y con un aroma inconfundible. 100 gramos de pulpa nos aportan 342 calorías; sí, es una de las frutas más calóricas pero con un sinfín de propiedades nutritivas. Entre las múltiples beneficios del coco destacan sus propiedades antioxidantes, su capacidad para regular la presión sanguínea y disminuir los triglicéridos. Además es rico en fibras y minerales (potasio, fósforo, magnesio, hierro y vitaminas E, C, y B).
Teniendo en cuenta sus propiedades nutritivas, su consumo ocasional y en cantidades moderadas, la OMS lo recomienda para todos: niños, jóvenes, adultos, deportistas, mujeres embarazadas, madres lactantes y personas mayores.
El coco crece en los cocoteros, la palmera más cultivada del mundo. Su origen lo encontramos en las islas de clima tropical, y hay distintos tipos de cocoteros que se clasifican en gigantes, enanos e híbridos. Pero, ¿cómo podemos saber si el coco está en su punto? Pues agitándolo. Si no se oye el típico chapoteo del agua en su interior es porque el coco está seco y con la pulpa rancia. El coco se conserva durante dos meses. Después de abierto, se ha de consumir en el mismo día o guardarse en un recipiente tapado con agua, no más de cinco días. El coco atesora un montón de propiedades beneficiosas para nuestro organismo: bactericida, antioxidante, anti parasitario, protege nuestro hígado, estimula nuestro sistema inmunológico y protege el corazón según la Fundación Española del Corazón.
Los beneficios principales de este fruto están en su semilla, la cual, cuando alcanza su madurez, contiene muchas vitaminas, minerales y oligoelementos, o sea, nutrientes esenciales para nuestro organismo.
Es un alimento indicado en las dietas de aumento de peso, para la osteoporosis, para la salud cardiovascular y para evitar la retención de líquidos.
A modo de resumen, podríamos indicar que el Coco es:
Remineralizante. Ayuda a regular la tonicidad de los músculos y mejorar las funciones del corazón.
Antioxidante. Algunos de los minerales con los que está compuesto el coco (selenio y zinc) son unos antioxidantes maravillosos; por ello se utiliza mucho para fabricar productos cosméticos.
Energético. Ideal para consumir en un día agitado, de mucha actividad física o en días de mucho calor. Para beneficiarnos de su poder energético podemos añadir coco a los batidos.
Desintoxicante. Limpia el riñón y también es bueno para la higiene interna del cuerpo, es recomendable para los niños, porque contiene vitamina C, azúcar natural y muchos minerales. Sirve para aliviar vómitos, gases y problemas urinarios.